Por Susana Mesquida
A través del patrimonio cultural se conservan rasgos de la memoria de las sociedades que los construyeron en un determinado contexto y reflejan su evolución histórica, urbana y arquitectónica. La arquitectura, parte fundamental de este patrimonio, es además un hecho social y cultural y puede convertirse en un factor clave para la recuperación de la ciudad y de la memoria colectiva de sus habitantes.
No desconocemos que el patrimonio es subjetivo y dinámico ya que su defensa depende de los valores que la sociedad le atribuye en cada momento de su proceso histórico.
Las estructuras urbanas que integran ese patrimonio heredado tienen características de diseño, constructivas y tecnológicas que las hacen aún más valiosas en la actualidad. Por ejemplo, fueron construidas cuando el confort no se obtenía a partir de incorporar energía, y por ello poseen cualidades intrínsecas que contribuyen en la optimización de las condiciones del hábitat pudiendo generar mayor racionalidad económica.
En tiempos en que el uso racional de la energía y los recursos es un tema fundamental entendemos necesario detectar y analizar las características de estas viejas construcciones que, convenientemente articuladas con las nuevas tecnologías, pueden aportarnos soluciones a nuevos problemas obteniendo resultados sostenibles en términos de ecología, economía y cultura.
Nos proponemos transmitir formas de construir que sirvan de sustento a renovadas lecturas, es decir propiciar una mediación que permita vincular el pasado y el presente siendo conscientes de que lo que se transmite no es neutral ni anodino y pone en juego lo colectivo y su proyección en el tiempo.
La articulación del estudio de nuevas técnicas en colaboración con tradiciones locales, materiales del lugar y diseños arquitectónicos tipológicos, sumada a un proceso de apropiación de estas buenas prácticas, conducen a procesos sostenibles que impulsan la conservación renovada de la cultura, el conocimiento y valores adaptados a la vida actual. Se amplia, entonces la mirada de lo patrimonial para que, de la mano del cuidado del medio ambiente, se estimule el sentido común del bienestar colectivo y se rescate la sabiduría popular como insumo del conocimiento científico.
En posteriores entregas iremos presentado ejemplos de arquitectura sostenible.
